Consumo cuidado








15 ECO-GESTOS PARA CAMBIAR NUESTRA MANERA DE CONSUMIR

Nuestro modelo de desarrollo, basado en el consumismo, está enfermo:  el planeta se calienta, la contaminación se multiplica, los recursos naturales se agotan, la biodiversidad se va perdiendo,… Va siendo hora de orientar nuestro consumo hacia prácticas más sostenibles. Aquí os presentamos 15 eco-gestos para el día a día.









1 Calcula tu huella ecológica

Popularizada por WWF, esta herramienta define la superficie necesaria para asegurar la supervivencia de una persona o un grupo (expresada en hectáreas globales). Dicho de otra manera, traduce el impacto de las actividades humanas en el planeta. Haz el cálculo: comprobarás que tu huella sobrepasa la capacidad biológica que tiene la Tierra para producir nuestros recursos.  









2 Compra productos locales y de temporada

Cuando vayas a la compra, identifica los productos de tu región y que son propios de la estación en la que estás. Contribuirás a conservar la actividad agrícola e industrial de tu proximidad, pero sobretodo frenarás el volumen de transporte de mercancías, y por tanto de emisiones de gas con efecto invernadero. Si optas por los productos de temporada, respetarás el ritmo de la Naturaleza y reducirás también las emisiones de CO2 (cultivos de invernadero, uso de productos fitosanitarios, transporte,…)








3 Consume bio

Si eliges productos procedentes de la agricultura biológica, cuidas tu salud y proteges el medio ambiente. Se trate de alimentos, cosméticos, ropa, si son bio garantizan una agricultura sostenible, sin transgénicos ni productos químicos sintéticos, respetan el bienestar animal y los ciclos vegetales. Suelen ser más caros, pero hay que saber que producirlos también es más caro: las producciones son menores, se requieren largos periodos de tiempo sin echar herbicidas y plaguicidas sintéticos para que un terreno pueda ser certificado,…  








4 Confía en los eco-sellos certificadores

Los eco-sellos son a veces criticados por poco exigentes o por no ser suficientemente fiables. Con algunos, es posible. Pero hay que saber que un producto con sello será siempre más ecológico que uno de la competencia sin certificar. Y por ahora, estas normas son las únicas referencias (junto con las “etiquetas energéticas” de los electrodomésticos) para el consumidor que quiere reducir su impacto medioambiental.








5 Consume sin sobre-embalaje
Yogures metidos en plástico y luego en cartón. Pasteles, quesos envueltos varias veces para llamar más a la vista del cliente…Estos embalajes son perfectamente inútiles y aumentan nuestra basura. Si los conservamos en la nevera, hacen subir la factura de electricidad. Y pagamos por esta contaminación: un consumidor europeo gasta cerca de 250 € / año por el embalaje de sus compras.









6 Da preferencia a lo sostenible frente a lo desechable
El volumen de nuestras basuras se ha multiplicado por 3 en 20 años. Uno de los grandes responsables: el producto desechable. Consume muchísimos recursos y energía en su fabricación y transporte…siempre es preferible elegir productos reutilizables o recargables. En la caja del supermercado, utiliza las bolsas reutilizables, el capacho de toda la vida o si no tienes otro remedio,  las bolsas de materiales degradables.








7 Limita tu consumo de carne

Según la FAO, el 20% de las emisiones globales de gas con efecto invernadero son engendradas por la cría de ganado, lo que quiere decir más que por el transporte. Esta actividad contamina también las aguas y los suelos, y a veces es la culpable de la deforestación. Comemos de media cerca de 300 gr de carne por día, cuando entre 70 y 100 gr son suficientes para cubrir nuestras necesidades de proteínas. Piensa también en la proteínas vegetales….








8 Evita el aceite de palma

El aceite de palma tiene bajísimos costes de producción. No es extraño que lo encontremos en un producto de cada 10. Esta agricultura florece al precio de una deforestación masiva (especialmente en Asia).  Déjate los ojos en las etiquetas y selecciona los artículos que llevan otras grasas. El aceite de palma es omnipresente: chocolate, galletas, pan, yogures, margarina, patatas chips, sopas, leche infantil, cosméticos.




 



9 Pásate ya a las bombillas de bajo consumo
Según el calendario europeo, a partir del 1 de septiembre 2009 y hasta el 1 de septiembre de 2012, van desapareciendo de los comercios las bombillas incandescentes.
España tiene previsto adelantar a nivel nacional el fin de la bombilla tradicional al 2011, según el acuerdo adoptado por unanimidad el pasado mes de junio en la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados. Las de bajo consumo son más caras, pero también gastan 5 veces menos de electricidad, duran 8 veces más y son reciclables. Lleva tus bombillas usadas al Punto Limpio.








10 Lee siempre la etiqueta energética

Cuando compres un electrodoméstico, mira siempre sus prestaciones energéticas. La etiqueta está al lado del precio: una clasificación, de la letra A a la letra G, y un código de colores del verde al rojo. Elige siempre la clase A (también existen A+ y A++). También son más caros, pero este sobrecoste lo amortizarás rápidamente con el ahorro que tendrás en electricidad y en agua. Son también menos ruidosos y tienen una vida más larga.









11 Redescubre las recetas de tu abuela

En nuestros fregaderos, todos almacenamos decenas de productos químicos para el hogar, tan nocivos para la salud y el medio ambiente los unos como los otros. Pero existen alternativas sin peligro, ecológicas y económicas: las recetas de las abuelas. Para los trabajos del hogar, redescubre las virtudes del vinagre blanco, la increíble eficacia del bicarbonato o el poder del limón. Si quemas leña, piensa que puedes hacer jabón con la ceniza.









12 Bebe agua del grifo
Consumimos demasiada agua embotellada: cerca de 2.700.000 toneladas/año de plástico se necesitan para su fabricación. Un coste elevado para el medio ambiente, sabiendo que solo se recicla el 40%. El gusto del agua de grifo no es el mismo, pero poner un filtro o reposar el agua en una jarra solucionarán el problema del cloro. Acuérdate de que el agua mineral cuesta entre 100 y 300 veces más cara que el agua del grifo.








13 Piensa en el mercado de segunda mano

No siempre es necesario comprar nuevo. Frecuentemente, el bien que queremos o necesitamos existe ya y no sirve a nadie. Así que para detener el agotamiento de los recursos naturales, restringir la producción de residuos y hacer ahorros nada despreciables, piensa en el mercado de segunda mano antes de hacer una compra. Consulta los anuncios, participa en las subastas, practica el trueque, husmea en los rastrillos... De la misma manera, vende o regala lo que ya no quieras.








14 Reduce el uso del coche
 Antes de arrancar el coche, hay que preguntarse siempre si el trayecto que hay que recorrer no puede hacerse de otra manera. Especialmente cuando uno vive en la ciudad o en los días de mucho calor. El coche emite un veneno para las vías respiratorias: las partículas finas. Y los gases de efecto invernadero se encargan de calentar el planeta. Utiliza el coche solo cuando sea realmente necesario y busca alternativas: camina, usa la bici o el transporte público. Harás ejercicio, ahorrarás, protegerás el medio ambiente y no tendrás que soportar los atascos.








15 Selecciona tus residuos 

Consumir con responsabilidad es también tirar con responsabilidad. Cada residuo debe encontrar su sitio en un cubo diferente de basura, para ser posteriormente eliminado o reciclado como se debe. Seguramente tienes un Punto Limpio cerca de tu casa para los aceites usados, aparatos tecnológicos, baterías de coche, tonners de impresora,… Selecciona plásticos / tetrabriks, vidrio, papel. Si tienes sitio, piensa en reciclar la basura orgánica haciendo compost para tus plantas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario